las casualidades me persiguen
últimamente. miro el reloj y son las 11:11 horas, la matrícula de un vehículo
termina en 69, casualmente la extensión de mi teléfono, la butaca del teatro
siempre coincide con algún otro travieso número 13 que a base de repetirse,
decido que sea mi número de la suerte. nunca había oído hablar de una obra, y
de repente aparece bajo una pila de libros.... no sé dónde radica la diferencia
entre la probabilidad de que algo suceda y su casualidad, aunque en lotería siempre coinciden en un
punto exacto, que se encuentra en tu billetera, y doblado para más información.
de la probabilidad he conseguido deshacerme, al decidir no volver jamás a
comprar un boleto, sin embargo la casualidad me acosa como un malvado y potente
imán... por cierto la obra es Mefistófele, de Arrigo Boito.
un día como cualquier otro
lunes, 10 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
el cuarteto de saxos
El otro día acudí a un concierto
de cuarteto de saxos que interpretaba obras del repertorio clásico, algún tango,
y obras bien conocidas como la aterciopelada melodía del oboe de la película la
misión. Como llegué un cuarto de hora antes del inicio, di un paseo por los
alrededores. Al caminar por la acera, me chocó el ver dos figuras, una de ellas
alta, con un móvil en la mano hablando airadamente mientras la otra pequeña,
permanecía inmóvil como si no fuera con él lo que a los demás nos llamaba la
atención. Sin embargo, y conforme me iba acercando, veía las caras de estupor
de los demás viandantes al pasar junto a ellos, incluso una niña se llevó la
mano a la boca con horror ante la impresión de lo que acaba de ver. La cara
quemada, la piel cuarteada del pequeño, su andrajoso aspecto que hacía que se te
congelara el aliento, obligándote a
desviar la vista, contrastaba con la indiferencia del sujeto que
continuaba despreocupado con su conversación ante la estupefacción de la gente
y el desgraciado individuo que hierático disponía su mirada hacia el oscuro
infinito. Ahora me tocaba a mí,
estremecido mirar a ambos.... Steve
Gibson es un artista afincado en Zaragoza que con inimitable genialidad esculpe
visiones apocalípticas del ser humano, mediante las texturas y capas, que una
sobre otra forman algo parecido al terror cotidiano que nos rodea, y que
invisible pasea a nuestro lado sin llamarnos la atención. Búscalo en google (Steve Gibson escultor)
viernes, 22 de noviembre de 2013
Hace
tiempo mi buen amigo Juan me escribió desde un lugar peculiar donde una línea
imaginaria divide el tiempo dándote una hora más o menos en función de la orilla donde te encuentres. Si algo somos, eso es tiempo, por lo que entiendo que al
dividirnos nunca dejamos de estar en alguno de esos lados y así es... vagando
eternamente en el pasado, con una hora más o menos.
jueves, 18 de abril de 2013
byrne y otros
durante el sopor del medio día tras haber comido y una ligera siesta de escasos minutos, apoltronado en el sillón, suelo ver un nuevo capítulo de una estupenda serie de la HBO, "In Treatment". en la misma los diálogos fluyen entre el psiquiatra y su paciente apoyados en una excelente interpretación de los actores, byrne y otros. las historias personales se hacen interesantes apoyadas en la agudeza intelectual que indaga en los traumas de los pacientes, de manera que los problemas ocultos en su interior afloran siempre de forma sorprendente. me hizo pensar en esas personas que aún pareciéndonos incluso detestables puedan atrapar nuestro interés e incluso llegar a empatizar con ellas.....
a esto hay que añadir el hecho de que todo sea tan interesante en su discurso, tan lúcido, como si los psiquiatras no tuvieran pacientes aburridos. como respuesta a esta última reflexión, hoy en la breve introducción inicial a cada episodio, byrne se retuerce en su sillón intentando encajar las insulseces de su paciente universitario.... es curioso como los guionistas conocen cuando dar respuesta a esas inquietudes, justo a su debido tiempo, como si ellos fueran el psicólogo y yo el paciente.
martes, 16 de abril de 2013
es tarde y me marcho a casa. quizá mañana sirva como cualquier otro día para comentar algo, una idea con peso que se espanzurre y manche aunque sea sólo un poquito. en cuanto a lo que escriba, no me gustaría parecer pretencioso ni nada que se le parezca, y de antemano pido disculpas, es la necesidad e inquietud personal que me lleva a dejar aquí ideas sueltas ...
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